lunes, 22 de julio de 2013

Perseguidos

"Es peligroso tener razón cuando
el gobierno está equivocado".

Voltaire




Muchos actores de la política nacional, incluyendo cualquier cantidad de expertos calificados, no acuerdan en afirmar que en Venezuela existe persecución política. No obstante, si revisamos rápidamente la lista de investigados/sospechosos, no es tan sencillo deslindarse de la afirmación anterior. 

En los últimos 3 meses se han comenzado procesos de investigación a:  

Richard Mardo, Corina Machado, Cecilia Arocha, Juan Carlos Caldera, Henri Falcón, Salas Feo, Leocenis García, Nelson Bocaranda, Leopoldo López, y además una posible investigación a Henrique Capriles, a Guillermo Aveledo y al historiador Carrera Damas. 

Uno de los argumentos que esgrimen quienes defienden al gobierno es que la corrupción y actos irregulares deben ser investigados y condenados, "vengan de donde vengan". Esta débil argumentación no toma en cuenta que en la gran mayoría de los casos, las pruebas y bases de investigación contra sujetos de la oposición son falsas o, al mejor estilo francés del siglo XVIII, "semipruebas". A esto debemos sumarle la falta de investigación a personeros del oficialismo que sí cumplen méritos para ser encerrados de por vida.

¿A que se debe esta movida del gobierno que se intensifica en estos momentos? A la inestabilidad política del presidente. Como ya hemos dicho repetidas veces, la gran debilidad política de Maduro es su falta de liderazgo y capacidad política, carencia criada por el propio Chávez, quien nunca permitió que creciera a su lado un liderazgo robusto y similar al suyo. En este sentido, Maduro carece de legitimidad, que no es solo de origen, y que no es solo una definición jurídica, es además una aceptación profunda de los gobernados respecto al ejercicio del poder del gobernante.

En la medida en que Maduro carece de "piso" político, la aceptación de su mandato se vuelve relativa, y sus seguidores adoptan un perfil mas tosco, que solo mantienen su militancia por un pleno asistencialismo que se expresa en dinero y bienes repartidos. 

El problema es que la pésima gestión actual prácticamente ha dejado en ruinas la economía venezolana, por lo que ahora precisa de acciones de regulación y recogimiento que se contraponen con el discurso ideológico trasnochado y con el paternalismo histórico que arrastra la cultura política venezolana. El factor que puja hacia el precipicio son precisamente las voces disidentes que han logrado acumular cierta popularidad y credibilidad dentro del espectro político local, ya que pueden ofrecer alternativas que desdibujan la imagen pobre y desgastada del gobierno actual.

De esta forma la cúpula roja ha asumido una estrategia de "limpieza", que consiste en acallar las voces que incomodan, y que constantemente perturban el equilibrio inestable de las figuras políticas del chavismo. Estas voces opositoras siempre han existido, pero nunca (al menos desde 2002) habían sido tan incomodas e inoportunas para el gobierno de turno, porque ahora no solamente representan una alternativa real, sino que son también promotores de matrices de información que pueden llegar a hacer mucho daño. 

El gobierno recurre entonces a silenciar con mayor despotismo a las figuras de la oposición. Precisan erradicar políticamente esa molestia, y además dar ejemplos claros de cuales son las consecuencias de ser un opositor activo del régimen. Las excusas abundan dentro de las instituciones torcidas, y como quienes acusan son quienes también deciden la condena (jueces y partes a la vez) no existe mayor preocupación por conformar siquiera acusaciones creíbles y coherentes. 

El fin último es mucho mas sencillo: encarcelar a todo aquel que represente una amenaza seria para el gobierno, y al mismo tiempo castigar y amedrentar a esas figuras medias que pretenden acompañar esos atrevimientos opositores. La verdad importa poco para ellos, y por eso el genio Voltaire hizo hace siglos esa lúcida advertencia: 

"Es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado". 



@politicayvision





domingo, 23 de junio de 2013

Letargo

Hace apenas un mes, la incertidumbre política en Venezuela parecía haber alcanzado su pico, e incluso algunos hablaban de amanecer con una junta militar en el poder. Otros veían un quiebre económico inmediato, y algunos confirmaban una explosión social en cualquier momento.

Hace un mes, lo contingente era la carta del día. Hoy, "la curva" de inestabilidad ha descendido considerablemente, las elucubraciones quedaron en eso, ideas y proyecciones posibles, desenlaces que no se concretaron. ¿Que sucedió? ¿Que detuvo el desastre inminente? la respuesta es sencilla si se responde con desprendimiento y honestidad.

La realidad política venezolana se dibuja alrededor de los dos grandes polos de poder, que señalamos comúnmente como gobierno y oposición, específicamente las cúpulas de poder (fragmentadas) de cada sector político interesado en sostener la batuta del poder. Como el "equilibrio" se sostiene en estas partes, los desenlaces son dependientes de las jugadas de cada uno de los bandos.

La cúpula roja viene en un esfuerzo descomunal por desplegar los tentáculos del poder a todos los niveles, siendo el mas eficiente el burocrático. Cada día que pasa Nicolás Maduro en el poder, realizando actividades, dando discursos, y detrás de él la gran maquinaria estatal funcionando, es un día mas para la cristalización de su legitimad. La estrategia chavista ha sido relativamente sencilla, burda incluso, pues se trata sencillamente de dejar caer todo su peso en el desarrollo cotidiano del país, consolidándose de hecho, sin importar su origen de derecho.

Maduro ha intentado llenar todas las casillas de sus atribuciones, incluso las mas insignificantes. Esto ratifica su existencia como poder ejecutivo actuante, y si la sociedad no manifiesta abiertamente su rechazo, está expresando de forma tácita su conformidad.

En este punto es donde se supone debe actuar la contra parte política, la oposición, que reclame, como actor principal del juego, la reorganización estructural y profunda del sistema, entendiendo que lo establecido es ilegítimo y fraudulento. Supuestamente eso fue lo que inició Capriles con el desconocimiento de los resultados electorales y la consecuente impugnación.

No obstante, después de este inicio coherente, la marcha se ralentizó de manera evidente. El primer tropiezo fue el exceso de permisividad y accesibilidad frente al TSJ y al CNE, ambas instituciones corrompidas y dominadas por el ejecutivo, es decir, por los lineamientos cubanos. Luego de este error, viene una decaída exagerada del liderazgo opositor, un enrarecimiento que nubló totalmente el envión del escenario post electoral, y que se prolongó de manera indefinida.

Actualmente el repliegue opositor es mas que evidente, y con el desarrollo de las acciones rojas, (esperadas y normales), la ratificación del gobierno ha llegado hasta un punto prácticamente intraficable. Para el día de hoy, no existe justificación alguna para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro por vías legales, ya que todas las aristas que permitían articular líneas de ataque fueron resueltas por el aparato de control del gobierno, y cualquier vía abierta es cerrada por la misma oposición.

Sin duda alguna la estocada final es el llamado a votar el 8D. Esta postura se debe sencillamente a la necesidad incontrolable de los factores políticos que hacen juego dentro de la oposición por obtener las pequeñas cuotas de poder acostumbradas, las alcaldías. El interés opositor desbocado por esos espacios se sobrepone a cualquier juicio sensato por continuar la pugna democrática y justa que ansían la mayoría de los venezolanos. La excusa es cualquiera, "no podemos ceder espacios", "el voto es nuestra mayor herramienta", "vamos a caer en el error del 2005". La realidad es que no existe justificación lógica que sustente el llamado a votar, es absolutamente contradictorio e incluso estúpido.

Hace un mes parecía que el pobre gobierno de Maduro se sostenía en pilares de sal. Hoy es un gobierno más en la región, legal, ratificado internacionalmente, premiado y considerado como actor legítimo y real dentro de la competición electoral. Mientras se acepten las reglas del juego y las instituciones establecidas desde Cuba bajo el fraude del 14D, entonces se acepta la dominación. Si aceptas las elecciones locales, organizadas y realizadas por el gobierno, entonces aceptas al gobierno y su dirigencia, especialmente a Nicolás Maduro.

Queda todo claro, y la aclaratoria sobre la realidad política actual nos la ha dado la misma oposición, que ha permitido nuevamente el establecimiento definitivo de lo ilegal, el asentamiento de un gobierno desastroso, corrupto, criminal y obsoleto que ha destruido este país, y que seguirá con su camino de barbarie hasta reducir a la nación a un pedazo de tierra infértil impregnado de esclavitud.

Volvimos al letargo, a la insoportable levedad, como dijo el genio Kundera, que pesa y atormenta más que la mayor de las cargas visibles.

@politicayvisión




martes, 4 de junio de 2013

El quiebre

Si algo hemos podido corroborar en estos cortos días de "gobierno" nuevo, de la mano de los títeres cubanos, es que la improvisación es la regla fundamental de su juego.

Uno de los graves errores actuales es la confianza exagerada en el legado de agresividad que dejó Chávez. Hugo, en su respaldo carismático, se permitía abusar del personalismo, específicamente en el aspecto de la rudeza, la falta de protocolo y el atropello. Esta estrategia se trasladaba con la fuerza de un apoyo popular que se basaba fundamentalmente en altos niveles de rencor y odios derivados de la incapacidad partidista de la segunda mitad del siglo XX..

Maduro es un hombre básico, que tiene una capacidad increíble para no asimilar los beneficios de la experiencia en cuanto al uso y al conocimiento, es decir, que no logra obtener beneficio alguno de su actividad política, incluso cuando este le llega de golpe en la realidad. Por esto llega al poder con una pobre imitación del caudillo fallecido, pues  pretende sustentar una legitimidad de alto costo en una "escuela" que nunca logró sedimentarse en la dinámica venezolana.

¿Que sucede cuando lo único aprendido es insuficiente? evidentemente que la primera sensación  es el temor. De allí que la improvisación sea la regla de oro, y en especial cuando la falta de planificación está respaldada por un colchón (ahora muy débil) de dinero que permite suavizar las constantes caídas, todas consecuencias de las malas decisiones.

Chávez no fue un gran planificador, pero las circunstancias no fueron tan hostiles (excepto durante 2002)  como para forzarlo a un quiebre político. El gobierno actual, en total diferencia, se encontró desde su gestación marcado por las dificultades, situación que no permite ni permitirá establecer una base de acción mínima. Claro, no es el primer gobierno que se enfrenta desde un inicio a la adversidad (recordemos a Betancourt), pero sí es el primer gobierno venezolano que en el escenario complejo no cuenta ni con los recursos ni con el músculo político, por ende es totalmente previsible los desaciertos continuos que denotan una clara falta de visión y estrategia política. Son muy torpes.

Ya no resaltan los hechos particulares, pues la crisis a la que se enfrenta este gobierno está tomando un carácter visiblemente estructural, y si queremos ser precisos (y académicos) la crisis estructural conlleva a una reformulación del sistema en base a la regeneración de la información. En términos políticos, la tensión general que se palpa en el escenario actual es el resultado de una total incapacidad para gerenciar y planificar, esto aunado a una fragmentación considerable dentro de las líneas de poder que mueven a la maquinaria ya oxidada del chavismo.

El rumbo parece ser claro, el fin de este gobierno, pero el desenlace es incierto. No se descarta el abandono, pero si se profundiza en esta postura se ven con claridad los altos costos de esta decisión, por lo que solo podría ser tomada in extremis. Otra posibilidad es la consolidación de un autoritarismo, evidentemente de la mano de los sectores mas radicales (Incluido Cabello), pero esto representaría el mayor nivel de desconfianza e inestabilidad, por lo que también es de alto costo. Sin duda alguna, el mas visible es el cambio promovido desde abajo, desde la sociedad, que presionada por las dificultades económicas y abandonada de liderazgo rojo intente transformar la realidad que se vuelve cada día mas agotadora.

Es mas que evidente que este gobierno ha caducado, y que ahora se mantiene en un impulso de inercia que se da gracias a lo que queda de dinero y de maquinaria de control. Debemos ser cautelosos, porque la transición política siempre trae inestabilidad, y esto significa costo humano, el cual es irreparable. Estemos atentos, porque dentro de poco podríamos presenciar el cambio de rumbo que desde hace mucho esperamos, el quiebre del chavismo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Pero tenemos patria

Una de las estrategias alienantes del chavismo es promover la ideología como método absoluto de discusión.  Con esta estrategia es mas sencillo evadir, brinda una economía del discurso que reduce al pensamiento crítico y limita siempre debates abiertos, pues es claro que un debate ideológico es igual a una discusión acalorada sobre cual paisaje es mas bonito, el páramo o los llanos.

Esta limitación al razonamiento, junto con otros factores como el personalismo y el flujo de dinero, permitieron a la cúpula roja mantener un grupo relativamente sólido de acólitos fieles con las gríngolas bien puestas. Esto genera muchas veces indignación en el opositor regular de a pie, que siente deseos profundos de debatir sobre la realidad del país, establecer conversaciones en base a sucesos y argumentos, esto para poder demostrar con claridad el desastre que significa para el país este gobierno, pero claro está, todos estos esfuerzos y frustraciones son inútiles, porque la ideología es un elemento que anula las capacidades normales de cualquier ser humano.

Por esta razón, este grupo chavista siempre lograba formar una masa relativamente homogénea frente a los ataques lógicos y normales del sector opuesto del país, y cuando la realidad cruda, evidente y viva chocaba con este velo ideológico, los chavistas siempre tenían un "argumento" bajo la manga, y allí soltaban esa expresión idealista, inocente, ignorante y decadente del desastre rojo: "no importa, por lo menos tenemos patria".

Esta expresión forma parte de una dicotomía. Gran parte de este grupo extremadamente ideologizado acepta la existencia de graves problemas en la gestión de gobierno, es capaz de comprender y asimilar las dificultades que surgen a causa de la incapacidad de los inútiles funcionarios reciclados del alto chavismo, pero sin embargo, contraponen una línea que por ser ideal se logra zafar de un combate de ideas, esto es la noción de patria.

Es curioso que este sea el elemento que sirva como escudo, porque de hecho el concepto de patria es netamente de ideologías de derecha. Marx fue muy claro, el capitalismo no tiene patria, y por lo tanto el proletario tampoco debe tenerla, debe ser un movimiento internacional y existencial. La idea de patria es sectaria, localista y claramente reduccionista, por lo que hablar de patria desde el chavismo es una burla.

Pero la noción de patria en el chavismo no tiene un fin estrictamente ideológico, al menos no en el aspecto de contenido, ya que lo único que pretende es aglutinar en base a un sentimiento de pertenencia del excluido,  del hombre que se "integra" gracias a un salvador que conoce su condición, porque supuestamente es igual que él. La patria es una referencia mental que ayuda a despertar emociones extremas, que se desentienden de la razón, y en el caso de la doctrina roja, se trata de un factor representado en la imagen de una estructura de poder y de un liderazgo compenetrado.

Esto existió hasta el momento en que se desveló el audio de Mario Silva, y con él, toda la trama de poder y suciedad que existe detrás de la cortina negra de la cúpula chavista. evidentemente esto tiene un impacto político, pero a nivel moral y emocional, el chavismo tradicional sufrió una herida de muerte, ya que ahora la idealización no es posible, y esto porque sus figuras centrales, que se supone son portadoras de un valor unificador, ahora quedan desenmascaradas como ratas que se arrastran por cuotas de poder y enormes cantidades de dinero, y que además son capaces de traicionar y engañar para conseguirlo.

La dualidad en la percepción chavista se ha roto, no se puede recurrir al refugio de la ideología, de la patria, porque esta ya no existe, y aunque ya se sospechaba, ahora se confirma desde adentro. Es imposible excusar los problemas con la ayuda de un bien superior, de una teleología, precisamente porque ya la ilusión se acabó, solo existe el presente, lo contingente de un momento oscuro y nefasto, que ahora revela sin matices lo perdido del movimiento.

Cayó el muro que no dejaba conectar de manera concreta y definitiva los problemas con el proyecto de gobierno, y a partir de ahora millones de chavistas podrán entender la simple realidad: La ausencia del papel de baño es la consecuencia de la ausencia de patria, la cual parece que se perdió hace un buen tiempo ya.




domingo, 12 de mayo de 2013

Mentiras verdaderas

Hay un elemento propio de este régimen que sus directores han ignorado, o tal vez incluso sobre valorado, y que actualmente les está destruyendo desde adentro lo poco que les queda de control político.

Uno de los objetivos irrenunciables de Hugo Chávez era lograr el control efectivo y total del espectro comunicacional. Es esa noción de la hegemonía comunicacional, la cual eventualmente va a conseguir una imposición cultural que permita consolidar cualquier fenómeno político sin mayor cuestionamiento. En base a esta tonta postura ideológica, Chávez emprendió una campaña titánica (y tiránica) en contra de los medios de comunicación, y siempre que cualquier postura sensata le recordaba que los medios, en la actualidad, son la mayor ventana de democracia que existe para cualquier país del mundo, Hugo le recordaba que estas ventanas, en su opinión, no son mas que herramientas burguesas que pretenden fomentar la contrarrevolución.

Tampoco pretendo caer en la ingenuidad, los grandes medios de comunicación, las cadenas de información a nivel mundial y algunos partidos políticos son los que deciden qué ve cada ser humano en el mundo. No obstante esta realidad, los intentos y excusas del difunto no tenían la solidez suficientes no para emprender una guerra por el control mediático (Algo que nunca consiguió) sino para posicionar una plataforma sólida de información, y esto porque sus intentos provenían de un pilar de arena, la ideología.

Una vez que se plantearon los objetivos, Chávez comenzó la instauración de su hegemonía comunicacional, y el primer gran golpe que asestó fue el cierre de Rctv, y luego en el marco legal, la ley Resorte, que no es mas que una carta abierta que justifica el control absoluto del gobierno sobre el espacio radioeléctrico, bajo cualquier circunstancia, en especial si existe una línea autoritaria y ventajista.

Las indicaciones venían de la experiencia histórica de los totalitarismos de izquierda del siglo XX, y en especial, de los secretos al oído que le daba Fidel con respecto a este tema. En la isla caribeña, el control absoluto de los medios en un contexto político específico consiguió fortalecer de una manera increíble el dominio total de la dictadura castrista.

Lo que no entendió Fidel en su ambición  y Chávez en su entrega, es que cada realidad política y social es distinta, y reacciona de forma diferente a cada estímulo proporcionado por los diferentes agentes (me excuso por este arrebato positivista). Esto significa que el intento de aplicación de una hegemonía comunicacional en Venezuela es por decir poco, algo sumamente atrevido, y es que durante los 40 años de democracia partidista (y en gran parte gracias a la falta de libertades de la primera mitad del siglo XX) la libertad de prensa, el periodismo irreverente, y la comunicación abierta y masiva se convirtieron en valores positivos de la sociedad venezolana, se institucionalizó la pluralidad informativa.

El método rojito a nivel comunicacional es tener el control total o casi total de los medios informativos, de manera que se pueda imponer su verdad de forma constante, para tener el control informativo de la política  venezolana y de la aproximación que a esta realiza cada venezolano. El primer problema con este método ya lo entendimos, y es la incapacidad para lograr la hegemonía, y el segundo problema deriva de este primero, y es que sin tener la hegemonía, el gobierno ha intentado promover la mentira en contraposición con la realidad, es decir, se desconoce de forma deliberada todos los sucesos que afectan al país.

Por esta sencilla razón los voceros rojos no admitirán jamás errores internos como causa del desabastecimiento, malas políticas económicas como el origen de la inflación, falta de atención como fuente de la criminalidad. Es por esta misma razón que el gobierno pretende bañar a la opinión pública con encuestas favorables a la gestión, precisan de información falsa que realce la línea política del gobierno, aún cuando esta información sea absurda con respecto a la realidad.

El problema actual es precisamente ese distanciamiento entre el discurso y la realidad, porque revela cada día mas la falta de honestidad de los jefes rojos, y no es que la mentira sea un gran antivalor en la sociedad venezolana (a diferencia de los EEUU), pero esta mentira produce un profundo enojo en el venezolano, porque lo hace entender que fue burlado, engañado, y esta ofensa si es un drama para el caribe que llevamos dentro.

Aún existe un pequeño espacio para que el gobierno recapacite, sincere las cuentas, nos hable de actualidad, y permita que veamos otro rostro, el rostro de la confesión, valor que bien administrado siempre garantiza momentos de calma, pues la aceptación es el primer paso para la rectificación, y la rectificación solo la practican hombres grandes. Yo dudo que esto suceda, pues la cúpula roja es soberbia, y peor aún muy torpe, por lo que su rumbo será la mentira y el engaño, hasta que la realidad les estalle en la cara, y la verdad, como dice un naciente líder político, se imponga sobre la mentira.


lunes, 6 de mayo de 2013

Acerca de la "izquierda"

Venezuela se desdibuja cada día mas, y el país que algún día pensábamos ser ahora se desvanece en un recuerdo doloroso. Esta decadencia, este atraso, no es solo en lo material, en la realidad de la vida, sino también al nivel del pensamiento.

Mientras el resto del mundo civilizado avanza en nuevas líneas de reflexión humana, abriendo nuevos senderos para transitar en la innovación, la ecología y la autosustentabilidad, en este pedacito de tierra aún se discute sobre ideología. ¿Qué ideología? esta es la parte mas triste, porque ni siquiera es un debate que pudiésemos catalogar como "serio", sino que son los relinches de personas que ni en su propio lenguaje se entienden.

La izquierda en Venezuela tiene una historia larga y horrenda, que se consolidó de manera definitiva con el establecimiento de la democracia plena de los partidos. Luego de unos años de lucidez, el movimiento solo ha venido en picada rotunda hasta estrellarse en un pozo de estiércol que lleva por nombre "revolución bolivariana". Se ha convertido en un monstruo horrible que se ha propuesto destruir lo poco que le queda de grandeza a este pueblo, cercenando cada día mas su condición humana, despojándolo de todo tipo de virtud, de contenido, de riqueza.

La "izquierda" que controla el poder actualmente no llega siquiera al grado de ideología, es mas bien un padecimiento mental que surge de las carencias internas de sus representantes, es un hueco emocional que descubre ante el mundo una falta absoluta de autoestima, es decir, es una despersonalización abierta hacia lo podrido.

El sujeto estándar que pertenece a este grupo es un individuo que carece casi por completo de conciencia personal íntegra, de manera que no puede divisar sus fronteras individuales como ente vivo que significa una marca en el mundo real. Esto nos dibuja una mente angustiada, repleta de complejos, de ira, de resentimiento con el otro que es consciente y que actúa en consecuencia. No son capaces de enfocar estas carencias de una manera positiva, redireccionando estas energías en un sentido contrario para poder explotarlas de manera benéfica, sino que tratan de reducir su entorno, el cual entienden como hostil, a un nivel de distorsión que se adecue a su interioridad.

De esta forma, no comprenden la convivencia normal, basada en la colaboración y el optimismo, sino que la abordan como un problema existencial de conflicto. Siempre algo está mal con respecto a su realidad, siempre encuentran un enemigo vital que les destruye sus posibilidades, y este producto es el objetivo de su furia. El problema es que estas son carencias que se gestan en la imaginación del sujeto, y por lo tanto, para hacerlas visibles y posibles, les agregan la fórmula ideológica: Un discurso vacío, oscuro, muchas veces tautológico, que no se refuta con argumentos, sino que se obedece con disciplina, es una patología convertida en política.

La ayuda al desposeído, el equilibrio social, la reestructuración de los poderes globales, son todas excusas para saciar el vacío interno que incomoda y aterroriza a estas personas, y cuando alguien los pone en evidencia, el resultado tiene dos aristas, o la reacción violenta, o la huida cobarde. Todo el discurso de confrontación, de interés social, de cooperación internacional, es una fachada pobre que cada día que pasa se derrumba un poco mas.

Por todo esto, me río con simpatía cuando los escucho hablar sobre revolución y sus grandes logros, sobre la derecha fascista, porque veo con claridad toda la banalidad de sus palabras, que no vienen de un pensamiento crítico o filosófico, sino de la vacuidad de sus propias almas.

Para mayor colmo, nunca han tenido el antecedente, ni mucho menos un presente concreto que les haga frente en su farsa, pues en Venezuela NUNCA ha existido un movimiento que se pueda catalogar de derecha. El término derecha solo existe en los discursos de manipulación de la izquierda famélica que se aferra a la vida, haciendo lo que sea por no destapar la careta que muestre lo podrido que se esconde detrás, los errores de existencia de quienes sostienen sus banderas.

¿Y la izquierda seria de oposición y del mundo? ¿Donde pone a los verdaderos movimientos progresistas del mundo? La izquierda seria murió hace 20 años, y los verdaderos movimientos progresistas del mundo no son ideológicos, son caminos culturales que adquieren vocería política a lo interno de la lógica del Estado.

No quiero atacar con estas palabras al estudio académico que se hace en el país sobre la ideología, que sea dicho de paso es el único foco de luz visible que aún orienta al pensamiento venezolano. Hago referencia a esas personas que aún guardan en su interior esa esperanza retorcida que llaman "izquierda", esa necesidad angustiosa de pertenecer, y mas aún si esa pertenencia va acompañada de una identificación con el otro hacia abajo, hacia lo peor.

Es hora ya de crecer, porque la ideología es una expresión de una fase infantil inconclusa dentro del ser humano. Ni que hablar de esto que está en el gobierno, que a lo poco deberíamos catalogar como desastre, y si queremos una categoría estricta, debería ser un nuevo autoritarismo.

Abran los ojos aquellos que aún se llaman izquierdistas (Incluso esos elegantes que corrigen: "centro izquierda") e identifiquen esa carencia interna, esa pulsión que los lleva a caer en ese pozo de vacío mental y espiritual.

Basta recordar las recientes palabras de una de las Guevara, que dijo con tono reflexivo e intelectual que el pueblo venezolano era ignorante por no apoyar a plenitud a este gobierno. Por esto, cuando nos propongan ideología, respondamos con un solo valor: Dignidad.


@politicayvision




jueves, 2 de mayo de 2013

La ilusión del diálogo

Muchas veces nos perdemos en la diatriba política sin examinar esos elementos de fondo que nos dan luces claras sobre el momento que vivimos. Tal vez uno de los puntos mas importantes que dejamos por fuera en la charla política es el perfil psicológico de estos personajes que hoy manejan el poder en Venezuela.

Hay 3 rasgos importantes (definitorios de la alta dirigencia roja) que son necesarios precisar:

1. Son Mitómanos.

Las cabezas que operan el nivel ejecutivo de este gobierno han adoptado la tendencia de mentir, de distorsionar de forma constante y organizada la realidad. Estos señores han aceptado la mentira repetida como una estrategia política y comunicacional, de forma tal que sea irrelevante la realidad, los hechos específicos, entendiendo que lo único importante es el discurso político falseado.

2. Son individuos que creen en sus propias mentiras.

El sujeto admite sus falsedades constantes en un intento por incluir sus mentiras en las esferas de la realidad que lo compone. No sólo mienten de manera constante, sino que admiten esas mentiras como elementos aceptables que pueden ejercerse dentro de un discurso argumentativo.

Son individuos que necesitan creer la mentira, porque esto les brinda una calma interna al momento de exhibirse.

3. Están seguros que sus mentiras deben ser aceptadas por todos de manera obligatoria.

En este momento la dolencia mental que afecta a estos rojos se vuelve en extremo peligrosa. El sujeto no solo ha aceptado de forma plena sus mentiras como algo transferible a la realidad, sino que además no encuentra limitaciones al creer que esas falsas verdades, valga la paradoja, son genialidades irrefutables que por su contenido perfecto son imposibles de rechazar.

No ven la imposición como tal, sino que se encuentran ante una negación "terca e infantil" del resto de personas que no comprenden lo imprescindible de sus propuestas. Dentro de esta lógica de la irrealidad, negar la mentira impuesta es un acto de rebelión repudiable, y además, digno de CASTIGO.


Ahora bien, este perfil definido arroja una conducta irreconciliable con el diálogo abierto, responsable, directo y democrático. Es un intento casi pueril el querer entablar una conversación con alguien que no conoce el término, y que además no le interesa conocerlo, pues él ya ha inventado su propio método.

A la dirigencia roja no le preocupa en lo mas mínimo el abuso constante de las cadenas, los insultos y la agresividad permanente, las burlas y desprecios descarados, la agresión abierta y planificada dentro de las instituciones, ellos sienten una gloria al promover la conflictividad, esa es su verdad.

Muchos dentro de la oposición se preguntan con angustia, ¿No existirá de aquel lado aunque sea un poco de sensatez, de autocontrol? ¿No se darán cuenta que esta actitud es destructiva y altamente peligrosa? la respuesta evidente es no. Sería tonto negar que hay personas capaces, preparadas e inteligentes dentro del chavismo, pero estas personas no tienen ninguna capacidad decisoria a lo interno de la cúpula política, y por lo tanto, sus capacidades son irrelevantes al momento de la toma de decisiones.

¿Cual puede ser el resultado de la dirección política ejercida por un enfermo mental? aunque sería osado dar una respuesta definitiva, queda claro que esto nos está llevando por un rumbo de confrontación. Algo que sí puedo asegurar apostando toda mi dignidad, es que de aquel lado no se ha leído a Machiavelli, pues cometen un error que el florentino siempre condenó: subestiman de manera constante a su enemigo, no saben medir ni proyectar las consecuencias de la conflictividad que cada día elevan. Estas personas, disociadas y desfiguradas, creen que la confrontación siempre les arrojará victoria, no son capaces de divisar (por todo lo que hemos explicado) el huracán emocional que silenciosamente se fortalece en el sector opositor.

Son muchos años de insultos, abusos, atropellos e injusticias, y al parecer el vaso está lleno.

Algunas figuras apelan a la unión, ponerle fin a la confrontación, dialogar con el otro sector. Considero esto perfectamente adecuado para este momento, pero también debo decir que es un imposible. Miremos a nuestro adversario, sin agregarle ni quitarle, para que podamos entenderlo y medirlo, no cometamos el mismo error imprudente, por decirlo educadamente, de creernos nuestras mentiras, no caigamos en esa fantasía, en la ilusión del diálogo.


@politicayvision


martes, 30 de abril de 2013

La Asamblea "du soleil"

Mostraremos cómo el ridículo de los hechos nace de la asimilación de lo mejor a lo peor, y viceversa, del sorprender a través del engaño, de lo imposible y de la violación de las leyes de la naturaleza, de lo inoportuno y lo inconsecuente, de la desvalorización de los personajes, del uso de las pantomimas grotescas y vulgares, de lo inarmónico, de la selección de las cosas menos dignas. Mostraremos después cómo el ridículo de la elocución nace de los equívocos entre palabras similares para cosas distintas y palabras distintas para cosas similares, de la locuacidad y de la reiteración, de los juegos de palabras, de los diminutivos, de los errores de pronunciación y de los barbarismos...


Esto tal vez lo dijo el genio griego Aristóteles, o al menos así lo asegura Humberto Eco en esa maravillosa obra que tituló "El nombre de la rosa". Nuestro debate no quiere comenzar preguntándose sobre la autenticidad de este trozo, que se perdió durante la oscuridad del medioevo, sino que se ayuda en su genialidad para aceptar algo que hoy es evidente para cualquier mortal: El absurdo, lo ridículo, será siempre causa de risas y gracias.Tal vez esta parezca una conversación abstracta, pero luego debemos recordar las sesiones de nuestra AN, y entonces nos sentimos a gusto con esta conversación. 


Haciendo poco esfuerzo podemos rememorar las idioteces incomparables que se han dicho en el hemiciclo en estos últimos tiempos, los errores conceptuales, de verbo, de redacción, en fin, todo tipo de sandeces que harían molestar al sabio Chavo del 8 o al cómico inglés Mr Bean.


Claro, muy dentro de nuestra dignidad intelectual, perdonábamos la ignorancia de esa bancada flácida y ridícula que se llama "revolucionaria", porque entendíamos la carencia interna de esos pobres seres. No obstante, llega un momento en que la ridiculez ya no genera risa, sino que pinta una mueca en nuestro rostro, y esto es cuando los payasos pretenden adueñarse del circo.


Tal vez sin darnos cuenta, estas idioteces constantes han mutado de forma disimulada hasta convertirse en un odio y una maldad sin precedentes en el entorno parlamentario. En este punto observamos la aberración dentro del poder público mas importante del Estado, el foro político por excelencia, el ágora moderno.


La Asamblea Nacional es el espacio de la máxima representación civil, allí se encuentran las caras visibles del pueblo con una investidura política y jurídica, para alzar la voz por aquellos a quienes representan en el espacio del debate. Entendiendo esto, El desarrollo de los sucesos posteriores al 14A son simplemente inaceptables, y como tales no pueden permitirse jamás.


Si yo fuese diputado de la bancada democrática, no hubiese permitido la realización de aquella sesión en donde se les negó el derecho de palabra a los parlamentarios opositores. Para mi sorpresa, esa fue precisamente la reacción de estos diputados democráticos el día de hoy, es decir, sabotearon la sesión de la asamblea. La reacción de los violentos estaba escrita, y por eso pudimos apreciar lo que sucedió hoy, pudimos ser testigos de la barbarie, de la comedia que se convirtió en tragedia. 


No me horrorizo ni me escandalizo por estos hechos, pues no me sorprenden, de hecho los esperaba, estoy acostumbrado a las violaciones constantes del oficialismo, pero sin embargo no quiero que se me malinterprete, jamás las aceptaré. Es en este momento cuando debe surgir la dignidad humana, la grandeza, el espíritu inmenso, y entender que cada uno tiene el poder para detener el abuso y la agresión.


Los payasos se han creído su propia falsedad, y se prometen frente al espejo que son los dueños del país, y por lo tanto, actúan en consecuencia a esta torcida premisa. Depende de nosotros abrir la cortina de humo, destruir las marionetas, acallar a los bufones, porque este show ya no causa gracia, no divierte, al contrario, da mucho susto. El primer paso lo dieron ya los valientes diputados que interrumpieron la sesión, le dijeron basta al abuso, y ahora nos toca a nosotros ser consecuentes con esa valentía, esa virtud cardinal que también nos explicaron a la perfección los griegos: No es el arrojo desmedido, la falta de temor, pues este talento lo tiene cualquier loco. La valentía es tener la capacidad para poder medir a cabalidad la amenaza, el poder de tomar la acción precisa, saber diferenciar las payasadas de las verdaderas amenazas. 


lunes, 29 de abril de 2013

Un pequeño detalle, el CNE

Decir que todas las instituciones públicas del país se encuentran tomadas por un partido político es llover sobre mojado. Aún cuando la oposición no termina de ser tajante y abierta en este tema, luego del 14A ha tenido una actuación que deja implícita esta afirmación.

No obstante estas nuevas posturas, Capriles parece dirigirse hacia un circulo vicioso que además es altamente nocivo para la alternativa democrática. Pareciera que la necesidad de agotar las instancias internas es un paso que "ata de manos" a la oposición para poder tomar (al menos temporalmente)  nuevas medidas que refresquen esta cruzada por la verdad y la libertad del país, y este elemento perjudica la dinámica de protesta y de irreverencia política que pareciera estarse gestando en una buena parte de la población.

Tal vez existe un factor que no se note con claridad en este momento, y es el siguiente: Henrique ha llegado a un punto de inflexión en la toma de decisiones políticas, esto por una razón, y es que desde que se desconoció el resultado, y posteriormente, al catalogar apropiadamente al cne como un ente parcializado que responde a las voluntades de una cúpula política, se ha terminado de eliminar de una buena vez toda visión benigna que hubiese podido tener algún venezolano de oposición con respecto al "árbitro" electoral.

¿Que significa esto? que la vía electoral como estrategia política válida se terminó de cerrar. La población que sigue y apoya el camino de la democracia no puede volver a creer en la gestión del cne como ente imparcial, y por lo tanto, no tiene ningún incentivo para volver a participar en ninguna elección.

Ahora bien, esto no es un elemento plenamente negativo, como quieren a veces mostrarlo los analistas que se rasgan las vestiduras en favor del voto y la participación democrática. El ejercicio del voto es el acto democrático por excelencia, eso no se pone en duda, pero siempre y cuando este derecho se lleve a cabo en el marco de la legalidad. El error de la oposición sigue estando en su ambigüedad con respecto a esta realidad política, porque ya queda claro que la vía electoral no podrá ser de nuevo una opción, la evidencia así lo afirma.

El par de cabezas que logran algún razonamiento dentro del gobierno entienden esto, así lo planificaron, y ahora se acerca un nuevo proceso electoral, esta vez local, que por la tendencia ya explicada, se definirá con una clara victoria oficialista, y por supuesto, la victoria será por fraude, pero la abstención opositora será la fachada perfecta.
Este suceso terminará de consolidar las bases para el grosero traspaso de competencias, y a partir de allí se consolida la hegemonía de una autocracia que ya no precisará de máscaras. Es imperativo comprender esto para poder actuar en consecuencia, claro está, si se desea hacer algo al respecto, comentario que se le debería hacer  a la dirigencia opositora venezolana, que en estos días noto tan calma y relajada.


Por cierto, cito aquí un comentario del señor Santelíz, quien a pesar de que no es rostro visible del cne, maneja TODO lo que allí sucede:

"A mi me pusieron aquí para ganar elecciones (...) ¿Cuando has visto tu a un partido comunista en el poder perder una elección?



domingo, 28 de abril de 2013

La Realidad Post Electoral

Antes que nada, debemos entender e interiorizar una realidad: el 14 de Abril hubo un fraude electoral.

En base a esto, es importante entender algo. Dentro de su trayectoria reciente, la oposición venezolana no ha sabido manejar su perfil político, y con esto me refiero a un tema de actitud. Al enfrentarse a un régimen con claros rasgos de totalitarismo, el adversario no puede ser discreto en sus palabras, no debe ser ambiguo, relativo, expectante, sino al contrario, debe ser decidido y firme.

Este perfil es el que recientemente ha adoptado Henrique Capriles luego del fraude electoral, pero sin embargo parece que esto no es suficiente. La MUD, y su líder Capriles, sufren de un impedimento mental, un temor maligno que los limita, y este no es mas que el miedo en declarar abiertamente el carácter dictatorial de este gobierno.

Este "tabú", por decirlo de alguna forma, ha sido constantemente una camisa de fuerza para la oposición. La alternativa democrática no ha querido aceptar de forma plena que nos encontramos frente a un sistema autocrático que ha secuestrado el Estado de derecho, torciendo las instituciones y regalando la soberanía a los hermanos Castro.

Esta situación es la primera incoherencia política de Henrique, que no termina de aclararse, a pesar del lenguaje directo y tajante de estos últimos días. De esta debilidad, se despliegan el resto de errores practicados por la oposición. Es momento de entender que apelar a la institucionalidad es arrojar los esfuerzos en un saco roto, porque es el adversario quien las manipula a voluntad, y de hecho, lo hace de forma descarada, sin disimulo, con una sonrisa de burla frente a la impunidad. Mientras mas rápido se acepte esta situación, mas rápido se podrá actuar. Quede claro aquí que no es un llamado al golpismo y a la insurrección, es un llamado a entender y aceptar la realidad del país.

No obstante, el devenir político nos ha arrojado un régimen moribundo. El día en que se anunció la muerte de Hugo Chávez, se decretó la muerte de este penoso gobierno. Dentro de los muchos errores cometidos por el difunto, tal vez el mas grande fue el abusar de manera desproporcionada del personalismo y la emocionalidad del venezolano, ya que con esto logró igualar el proyecto político con su vida.

Es mas que evidente que la "Revolución" no es tal cosa, solo fue (sí, fue) un régimen netamente personalista sostenido en la columna petrolera. Chávez no permitió el crecimiento de otro liderazgo fuerte dentro de su movimiento, y esto trajo como consecuencia la falta de un sucesor capaz de administrar las líneas políticas del chinocastrismo.

El chavismo es un cuerpo acéfalo, es un símil perfecto del insecto que termina sin su cabeza, y que cuyo cuerpo continúa moviendose por un par de días, hasta morir por inanición. el fin de este régimen es una certeza profunda, y para eso no es necesario ningún esfuerzo, ya que su propia condición nos indica la cercanía de su muerte. El elemento a considerar es el tiempo, y con él, las consecuencias de la duración de esta agonía, ¿Qué tanto puede durar el cuerpo sin cabeza? solo precisa de un empujón para caer, pero he allí la dificultad, pues nadie se atreve a dar el tiro de gracia.

El camino tomado por Henrique ya está definido, y es claro que será destruido por la maquinaria roja, y esto sin siquiera precisar de mayor fuerza, sino solo dejando que el tiempo burocrático erosione la intensidad del movimiento. la única respuesta a la fluidez de esta salida está en la gente, y no digo esto con una visión que proyecte organización, planificación, los tan temidos actos de calle. Me refiero a la respuesta espontánea que surgirá de ambos lados, unos, por tener el "chip" del robo electoral ya implantado, y otros por la aceptación plena de la muerte y el rechazo a la ineptitud infinita de ese adefesio que responde al nombre de Nicolás.

@politicayvision