miércoles, 22 de mayo de 2013

Pero tenemos patria

Una de las estrategias alienantes del chavismo es promover la ideología como método absoluto de discusión.  Con esta estrategia es mas sencillo evadir, brinda una economía del discurso que reduce al pensamiento crítico y limita siempre debates abiertos, pues es claro que un debate ideológico es igual a una discusión acalorada sobre cual paisaje es mas bonito, el páramo o los llanos.

Esta limitación al razonamiento, junto con otros factores como el personalismo y el flujo de dinero, permitieron a la cúpula roja mantener un grupo relativamente sólido de acólitos fieles con las gríngolas bien puestas. Esto genera muchas veces indignación en el opositor regular de a pie, que siente deseos profundos de debatir sobre la realidad del país, establecer conversaciones en base a sucesos y argumentos, esto para poder demostrar con claridad el desastre que significa para el país este gobierno, pero claro está, todos estos esfuerzos y frustraciones son inútiles, porque la ideología es un elemento que anula las capacidades normales de cualquier ser humano.

Por esta razón, este grupo chavista siempre lograba formar una masa relativamente homogénea frente a los ataques lógicos y normales del sector opuesto del país, y cuando la realidad cruda, evidente y viva chocaba con este velo ideológico, los chavistas siempre tenían un "argumento" bajo la manga, y allí soltaban esa expresión idealista, inocente, ignorante y decadente del desastre rojo: "no importa, por lo menos tenemos patria".

Esta expresión forma parte de una dicotomía. Gran parte de este grupo extremadamente ideologizado acepta la existencia de graves problemas en la gestión de gobierno, es capaz de comprender y asimilar las dificultades que surgen a causa de la incapacidad de los inútiles funcionarios reciclados del alto chavismo, pero sin embargo, contraponen una línea que por ser ideal se logra zafar de un combate de ideas, esto es la noción de patria.

Es curioso que este sea el elemento que sirva como escudo, porque de hecho el concepto de patria es netamente de ideologías de derecha. Marx fue muy claro, el capitalismo no tiene patria, y por lo tanto el proletario tampoco debe tenerla, debe ser un movimiento internacional y existencial. La idea de patria es sectaria, localista y claramente reduccionista, por lo que hablar de patria desde el chavismo es una burla.

Pero la noción de patria en el chavismo no tiene un fin estrictamente ideológico, al menos no en el aspecto de contenido, ya que lo único que pretende es aglutinar en base a un sentimiento de pertenencia del excluido,  del hombre que se "integra" gracias a un salvador que conoce su condición, porque supuestamente es igual que él. La patria es una referencia mental que ayuda a despertar emociones extremas, que se desentienden de la razón, y en el caso de la doctrina roja, se trata de un factor representado en la imagen de una estructura de poder y de un liderazgo compenetrado.

Esto existió hasta el momento en que se desveló el audio de Mario Silva, y con él, toda la trama de poder y suciedad que existe detrás de la cortina negra de la cúpula chavista. evidentemente esto tiene un impacto político, pero a nivel moral y emocional, el chavismo tradicional sufrió una herida de muerte, ya que ahora la idealización no es posible, y esto porque sus figuras centrales, que se supone son portadoras de un valor unificador, ahora quedan desenmascaradas como ratas que se arrastran por cuotas de poder y enormes cantidades de dinero, y que además son capaces de traicionar y engañar para conseguirlo.

La dualidad en la percepción chavista se ha roto, no se puede recurrir al refugio de la ideología, de la patria, porque esta ya no existe, y aunque ya se sospechaba, ahora se confirma desde adentro. Es imposible excusar los problemas con la ayuda de un bien superior, de una teleología, precisamente porque ya la ilusión se acabó, solo existe el presente, lo contingente de un momento oscuro y nefasto, que ahora revela sin matices lo perdido del movimiento.

Cayó el muro que no dejaba conectar de manera concreta y definitiva los problemas con el proyecto de gobierno, y a partir de ahora millones de chavistas podrán entender la simple realidad: La ausencia del papel de baño es la consecuencia de la ausencia de patria, la cual parece que se perdió hace un buen tiempo ya.




domingo, 12 de mayo de 2013

Mentiras verdaderas

Hay un elemento propio de este régimen que sus directores han ignorado, o tal vez incluso sobre valorado, y que actualmente les está destruyendo desde adentro lo poco que les queda de control político.

Uno de los objetivos irrenunciables de Hugo Chávez era lograr el control efectivo y total del espectro comunicacional. Es esa noción de la hegemonía comunicacional, la cual eventualmente va a conseguir una imposición cultural que permita consolidar cualquier fenómeno político sin mayor cuestionamiento. En base a esta tonta postura ideológica, Chávez emprendió una campaña titánica (y tiránica) en contra de los medios de comunicación, y siempre que cualquier postura sensata le recordaba que los medios, en la actualidad, son la mayor ventana de democracia que existe para cualquier país del mundo, Hugo le recordaba que estas ventanas, en su opinión, no son mas que herramientas burguesas que pretenden fomentar la contrarrevolución.

Tampoco pretendo caer en la ingenuidad, los grandes medios de comunicación, las cadenas de información a nivel mundial y algunos partidos políticos son los que deciden qué ve cada ser humano en el mundo. No obstante esta realidad, los intentos y excusas del difunto no tenían la solidez suficientes no para emprender una guerra por el control mediático (Algo que nunca consiguió) sino para posicionar una plataforma sólida de información, y esto porque sus intentos provenían de un pilar de arena, la ideología.

Una vez que se plantearon los objetivos, Chávez comenzó la instauración de su hegemonía comunicacional, y el primer gran golpe que asestó fue el cierre de Rctv, y luego en el marco legal, la ley Resorte, que no es mas que una carta abierta que justifica el control absoluto del gobierno sobre el espacio radioeléctrico, bajo cualquier circunstancia, en especial si existe una línea autoritaria y ventajista.

Las indicaciones venían de la experiencia histórica de los totalitarismos de izquierda del siglo XX, y en especial, de los secretos al oído que le daba Fidel con respecto a este tema. En la isla caribeña, el control absoluto de los medios en un contexto político específico consiguió fortalecer de una manera increíble el dominio total de la dictadura castrista.

Lo que no entendió Fidel en su ambición  y Chávez en su entrega, es que cada realidad política y social es distinta, y reacciona de forma diferente a cada estímulo proporcionado por los diferentes agentes (me excuso por este arrebato positivista). Esto significa que el intento de aplicación de una hegemonía comunicacional en Venezuela es por decir poco, algo sumamente atrevido, y es que durante los 40 años de democracia partidista (y en gran parte gracias a la falta de libertades de la primera mitad del siglo XX) la libertad de prensa, el periodismo irreverente, y la comunicación abierta y masiva se convirtieron en valores positivos de la sociedad venezolana, se institucionalizó la pluralidad informativa.

El método rojito a nivel comunicacional es tener el control total o casi total de los medios informativos, de manera que se pueda imponer su verdad de forma constante, para tener el control informativo de la política  venezolana y de la aproximación que a esta realiza cada venezolano. El primer problema con este método ya lo entendimos, y es la incapacidad para lograr la hegemonía, y el segundo problema deriva de este primero, y es que sin tener la hegemonía, el gobierno ha intentado promover la mentira en contraposición con la realidad, es decir, se desconoce de forma deliberada todos los sucesos que afectan al país.

Por esta sencilla razón los voceros rojos no admitirán jamás errores internos como causa del desabastecimiento, malas políticas económicas como el origen de la inflación, falta de atención como fuente de la criminalidad. Es por esta misma razón que el gobierno pretende bañar a la opinión pública con encuestas favorables a la gestión, precisan de información falsa que realce la línea política del gobierno, aún cuando esta información sea absurda con respecto a la realidad.

El problema actual es precisamente ese distanciamiento entre el discurso y la realidad, porque revela cada día mas la falta de honestidad de los jefes rojos, y no es que la mentira sea un gran antivalor en la sociedad venezolana (a diferencia de los EEUU), pero esta mentira produce un profundo enojo en el venezolano, porque lo hace entender que fue burlado, engañado, y esta ofensa si es un drama para el caribe que llevamos dentro.

Aún existe un pequeño espacio para que el gobierno recapacite, sincere las cuentas, nos hable de actualidad, y permita que veamos otro rostro, el rostro de la confesión, valor que bien administrado siempre garantiza momentos de calma, pues la aceptación es el primer paso para la rectificación, y la rectificación solo la practican hombres grandes. Yo dudo que esto suceda, pues la cúpula roja es soberbia, y peor aún muy torpe, por lo que su rumbo será la mentira y el engaño, hasta que la realidad les estalle en la cara, y la verdad, como dice un naciente líder político, se imponga sobre la mentira.


lunes, 6 de mayo de 2013

Acerca de la "izquierda"

Venezuela se desdibuja cada día mas, y el país que algún día pensábamos ser ahora se desvanece en un recuerdo doloroso. Esta decadencia, este atraso, no es solo en lo material, en la realidad de la vida, sino también al nivel del pensamiento.

Mientras el resto del mundo civilizado avanza en nuevas líneas de reflexión humana, abriendo nuevos senderos para transitar en la innovación, la ecología y la autosustentabilidad, en este pedacito de tierra aún se discute sobre ideología. ¿Qué ideología? esta es la parte mas triste, porque ni siquiera es un debate que pudiésemos catalogar como "serio", sino que son los relinches de personas que ni en su propio lenguaje se entienden.

La izquierda en Venezuela tiene una historia larga y horrenda, que se consolidó de manera definitiva con el establecimiento de la democracia plena de los partidos. Luego de unos años de lucidez, el movimiento solo ha venido en picada rotunda hasta estrellarse en un pozo de estiércol que lleva por nombre "revolución bolivariana". Se ha convertido en un monstruo horrible que se ha propuesto destruir lo poco que le queda de grandeza a este pueblo, cercenando cada día mas su condición humana, despojándolo de todo tipo de virtud, de contenido, de riqueza.

La "izquierda" que controla el poder actualmente no llega siquiera al grado de ideología, es mas bien un padecimiento mental que surge de las carencias internas de sus representantes, es un hueco emocional que descubre ante el mundo una falta absoluta de autoestima, es decir, es una despersonalización abierta hacia lo podrido.

El sujeto estándar que pertenece a este grupo es un individuo que carece casi por completo de conciencia personal íntegra, de manera que no puede divisar sus fronteras individuales como ente vivo que significa una marca en el mundo real. Esto nos dibuja una mente angustiada, repleta de complejos, de ira, de resentimiento con el otro que es consciente y que actúa en consecuencia. No son capaces de enfocar estas carencias de una manera positiva, redireccionando estas energías en un sentido contrario para poder explotarlas de manera benéfica, sino que tratan de reducir su entorno, el cual entienden como hostil, a un nivel de distorsión que se adecue a su interioridad.

De esta forma, no comprenden la convivencia normal, basada en la colaboración y el optimismo, sino que la abordan como un problema existencial de conflicto. Siempre algo está mal con respecto a su realidad, siempre encuentran un enemigo vital que les destruye sus posibilidades, y este producto es el objetivo de su furia. El problema es que estas son carencias que se gestan en la imaginación del sujeto, y por lo tanto, para hacerlas visibles y posibles, les agregan la fórmula ideológica: Un discurso vacío, oscuro, muchas veces tautológico, que no se refuta con argumentos, sino que se obedece con disciplina, es una patología convertida en política.

La ayuda al desposeído, el equilibrio social, la reestructuración de los poderes globales, son todas excusas para saciar el vacío interno que incomoda y aterroriza a estas personas, y cuando alguien los pone en evidencia, el resultado tiene dos aristas, o la reacción violenta, o la huida cobarde. Todo el discurso de confrontación, de interés social, de cooperación internacional, es una fachada pobre que cada día que pasa se derrumba un poco mas.

Por todo esto, me río con simpatía cuando los escucho hablar sobre revolución y sus grandes logros, sobre la derecha fascista, porque veo con claridad toda la banalidad de sus palabras, que no vienen de un pensamiento crítico o filosófico, sino de la vacuidad de sus propias almas.

Para mayor colmo, nunca han tenido el antecedente, ni mucho menos un presente concreto que les haga frente en su farsa, pues en Venezuela NUNCA ha existido un movimiento que se pueda catalogar de derecha. El término derecha solo existe en los discursos de manipulación de la izquierda famélica que se aferra a la vida, haciendo lo que sea por no destapar la careta que muestre lo podrido que se esconde detrás, los errores de existencia de quienes sostienen sus banderas.

¿Y la izquierda seria de oposición y del mundo? ¿Donde pone a los verdaderos movimientos progresistas del mundo? La izquierda seria murió hace 20 años, y los verdaderos movimientos progresistas del mundo no son ideológicos, son caminos culturales que adquieren vocería política a lo interno de la lógica del Estado.

No quiero atacar con estas palabras al estudio académico que se hace en el país sobre la ideología, que sea dicho de paso es el único foco de luz visible que aún orienta al pensamiento venezolano. Hago referencia a esas personas que aún guardan en su interior esa esperanza retorcida que llaman "izquierda", esa necesidad angustiosa de pertenecer, y mas aún si esa pertenencia va acompañada de una identificación con el otro hacia abajo, hacia lo peor.

Es hora ya de crecer, porque la ideología es una expresión de una fase infantil inconclusa dentro del ser humano. Ni que hablar de esto que está en el gobierno, que a lo poco deberíamos catalogar como desastre, y si queremos una categoría estricta, debería ser un nuevo autoritarismo.

Abran los ojos aquellos que aún se llaman izquierdistas (Incluso esos elegantes que corrigen: "centro izquierda") e identifiquen esa carencia interna, esa pulsión que los lleva a caer en ese pozo de vacío mental y espiritual.

Basta recordar las recientes palabras de una de las Guevara, que dijo con tono reflexivo e intelectual que el pueblo venezolano era ignorante por no apoyar a plenitud a este gobierno. Por esto, cuando nos propongan ideología, respondamos con un solo valor: Dignidad.


@politicayvision




jueves, 2 de mayo de 2013

La ilusión del diálogo

Muchas veces nos perdemos en la diatriba política sin examinar esos elementos de fondo que nos dan luces claras sobre el momento que vivimos. Tal vez uno de los puntos mas importantes que dejamos por fuera en la charla política es el perfil psicológico de estos personajes que hoy manejan el poder en Venezuela.

Hay 3 rasgos importantes (definitorios de la alta dirigencia roja) que son necesarios precisar:

1. Son Mitómanos.

Las cabezas que operan el nivel ejecutivo de este gobierno han adoptado la tendencia de mentir, de distorsionar de forma constante y organizada la realidad. Estos señores han aceptado la mentira repetida como una estrategia política y comunicacional, de forma tal que sea irrelevante la realidad, los hechos específicos, entendiendo que lo único importante es el discurso político falseado.

2. Son individuos que creen en sus propias mentiras.

El sujeto admite sus falsedades constantes en un intento por incluir sus mentiras en las esferas de la realidad que lo compone. No sólo mienten de manera constante, sino que admiten esas mentiras como elementos aceptables que pueden ejercerse dentro de un discurso argumentativo.

Son individuos que necesitan creer la mentira, porque esto les brinda una calma interna al momento de exhibirse.

3. Están seguros que sus mentiras deben ser aceptadas por todos de manera obligatoria.

En este momento la dolencia mental que afecta a estos rojos se vuelve en extremo peligrosa. El sujeto no solo ha aceptado de forma plena sus mentiras como algo transferible a la realidad, sino que además no encuentra limitaciones al creer que esas falsas verdades, valga la paradoja, son genialidades irrefutables que por su contenido perfecto son imposibles de rechazar.

No ven la imposición como tal, sino que se encuentran ante una negación "terca e infantil" del resto de personas que no comprenden lo imprescindible de sus propuestas. Dentro de esta lógica de la irrealidad, negar la mentira impuesta es un acto de rebelión repudiable, y además, digno de CASTIGO.


Ahora bien, este perfil definido arroja una conducta irreconciliable con el diálogo abierto, responsable, directo y democrático. Es un intento casi pueril el querer entablar una conversación con alguien que no conoce el término, y que además no le interesa conocerlo, pues él ya ha inventado su propio método.

A la dirigencia roja no le preocupa en lo mas mínimo el abuso constante de las cadenas, los insultos y la agresividad permanente, las burlas y desprecios descarados, la agresión abierta y planificada dentro de las instituciones, ellos sienten una gloria al promover la conflictividad, esa es su verdad.

Muchos dentro de la oposición se preguntan con angustia, ¿No existirá de aquel lado aunque sea un poco de sensatez, de autocontrol? ¿No se darán cuenta que esta actitud es destructiva y altamente peligrosa? la respuesta evidente es no. Sería tonto negar que hay personas capaces, preparadas e inteligentes dentro del chavismo, pero estas personas no tienen ninguna capacidad decisoria a lo interno de la cúpula política, y por lo tanto, sus capacidades son irrelevantes al momento de la toma de decisiones.

¿Cual puede ser el resultado de la dirección política ejercida por un enfermo mental? aunque sería osado dar una respuesta definitiva, queda claro que esto nos está llevando por un rumbo de confrontación. Algo que sí puedo asegurar apostando toda mi dignidad, es que de aquel lado no se ha leído a Machiavelli, pues cometen un error que el florentino siempre condenó: subestiman de manera constante a su enemigo, no saben medir ni proyectar las consecuencias de la conflictividad que cada día elevan. Estas personas, disociadas y desfiguradas, creen que la confrontación siempre les arrojará victoria, no son capaces de divisar (por todo lo que hemos explicado) el huracán emocional que silenciosamente se fortalece en el sector opositor.

Son muchos años de insultos, abusos, atropellos e injusticias, y al parecer el vaso está lleno.

Algunas figuras apelan a la unión, ponerle fin a la confrontación, dialogar con el otro sector. Considero esto perfectamente adecuado para este momento, pero también debo decir que es un imposible. Miremos a nuestro adversario, sin agregarle ni quitarle, para que podamos entenderlo y medirlo, no cometamos el mismo error imprudente, por decirlo educadamente, de creernos nuestras mentiras, no caigamos en esa fantasía, en la ilusión del diálogo.


@politicayvision